Aprender a resolver problemas forma parte de crecer de niño a adulto. Sin embargo, a menudo nos olvidamos que los niños no desarrollan estas habilidades intuitivamente, sino que éstas deben ser modeladas y enseñadas.
Al encontrar sus propias soluciones, los niños ganan confianza y autoestima. Todos podemos recordar un momento en que finalmente superamos un problema con el que habíamos luchado y la sensación de orgullo que tuvimos como resultado; éstas son grandes experiencias que construyen en nosotros confianza y autoestima.
El sentirnos confiados en nuestras habilidades para resolver nuestros propios problemas también nos baja la ansiedad porque sabemos que podemos enfrentar situaciones inesperadas, solucionar fácilmente nuestros problemas y cuidarnos a nosotros mismos.
Las soluciones a los problemas provienen de ideas y para generar estas ideas, los niños necesitan aprender a pensar de manera creativa y crítica. Cómo padres, ¿qué podemos hacer para crear un ambiente que aliente y guíe a nuestros hijos a resolver sus problemas de manera efectiva?
- Aliente el juego libre. El juego libre crea muchas oportunidades para identificar problemas y probar posibles ideas y soluciones. La oportunidad de explorar y experimentar en un ambiente no estructurado les da la oportunidad de seguir su curiosidad y jugar con causa y efecto en sus propios términos.
- Refuerce la persistencia y el esfuerzo. El tratar y no darse por vencido son habilidades críticas para enfrentar retos y resolver dificultades.
- Haga muchas preguntas para animar a sus niños a pensar por sí mismos. Por ejemplo, en lugar de recordarles que necesitan cepillarse los dientes antes de ir a la escuela, considere preguntar: “¿Qué más necesitas hacer para prepararte esta mañana?” O bien: “Te falta una cosa, ¡adivina que es!”. Estas preguntas también fomentan el pensamiento creativo, otra habilidad esencial para la resolución de problemas.
- Evite apresurarse a resolver los problemas diarios de los niños; permítale cometer errores y aprender de ellos. Si un niño construye un edificio de Legos™ y éste se cae, el niño tiene la oportunidad de utilizar su razonamiento y sus habilidades lógicas para recrear el edificio de forma más estable, así como para desarrollar la confianza en sus propias habilidades. Entrar demasiado pronto también envía dos mensajes sutiles pero problemáticos: primero, que el problema no es de ellos, sino de sus padres, y segundo, que no estamos seguros de que ellos puedan resolver los problemas por sí solos.
- Esté alerta cuando sus niños han intentado resolver un problema repetidamente o no han podido superar los obstáculos por sí mismos. En ocasiones necesitamos intervenir para hacer preguntas o para demostrar que, aunque a veces los problemas nos frustran, tienen solución.
- Ayude a los niños a entender y manejar sus emociones. Es difícil pensar con claridad cuando estamos muy enojados o frustrados. Al enseñar a los niños a identificar y etiquetar sus emociones, ellos pueden comenzar a distinguirlas del problema. Ya calmados y tranquilos pueden pensar con claridad suficiente para resolver problemas más eficazmente.
- Asegúrele a su hijo que usted sabe que él puede lidiar con problemas. Si usted sabe que son capaces de resolver un problema fácilmente (¡y ni siquiera lo han intentado!), explique que usted tiene confianza en su capacidad de dedicarle a este problema un poco de tiempo y encontrar una solución.
- Modele el pensamiento fluido, una actitud positiva, y un proceso para resolver los pequeños problemas de la vida. Los niños siempre nos observan y miran cómo nosotros tratamos los problemas. Muéstreles que un reto o un pequeño fallo en el día no es un obstáculo. Verbalice su proceso de pensamiento y cómo usted trabaja a través del problema.
- Esté dispuesto a cometer errores y aceptar abiertamente los errores cometidos por su hijo como oportunidades de aprendizaje. Es un alivio para los niños descubrir que los adultos cometen errores también. Deje que los niños vean algunos de sus errores y pídales que le ayuden a resolver los problemas resultantes. Se sentirán importantes y, al mismo tiempo, aprenderán que el cometer errores ¡no es realmente tan malo, después de todo!
Enseñar a los niños a resolver sus propios problemas les permite aprender, pensar, sentirse confiados y ser competentes en la comprensión de su mundo. ¡Asumamos esta tarea educativa desde el hogar!